¿Alguna vez te has preguntado qué hace latir tu corazón mientras ves una película de miedo? ¿O cuál es el responsable de su rápida reacción cuando alguien se le cruza en el tráfico? ¿O por qué tu cerebro se queda en blanco y tus palmas sudan cuando tienes que hacer una presentación en una sala llena de gente?
El sistema nervioso simpático es lo que estimula la respuesta de «lucha o huida» cuando se te presenta una amenaza, ya sea que te persiga un animal salvaje o que enfrentes tu miedo a hablar en público. Cuando no hay ninguna amenaza presente, el sistema nervioso parasimpático permite que su cuerpo descanse, se recupere y digiera los nutrientes.
Comprender el sistema nervioso autónomo
El sistema nervioso simpático es una rama del sistema nervioso autónomo (la otra rama es el sistema nervioso parasimpático). El sistema nervioso autónomo regula las funciones de órganos como el corazón, el estómago, la vejiga y los intestinos que se llevan a cabo sin un esfuerzo consciente. También controla los músculos de su cuerpo. Por lo general, no nota que este sistema funciona porque actúa de manera refleja en respuesta a los estímulos como un animal salvaje.
En situaciones de estrés agudo, suceden varias cosas en su cerebro. Primero, la amígdala, que es responsable de detectar el miedo y prepararse para situaciones de emergencia, envía el mensaje a tu hipotálamo de que estás en peligro. A su vez, el hipotálamo libera CRH (hormona liberadora de corticotropina), que estimula a la hipófisis para que libere ACTH (hormona adrenocorticotrópica), que luego le indica a las glándulas suprarrenales que liberen adrenalina (epinefrina) y noradrenalina (norepinefrina). Esto desencadena una serie de cambios fisiológicos y hormonales, como pupilas dilatadas, aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, mayor estado de alerta y sentidos agudizados. Además, el azúcar y las grasas en la sangre se liberan en el torrente sanguíneo para obtener energía, de modo que pueda «luchar» o «huir» del peligro.
En el trastorno límite de la personalidad, el sistema nervioso automático muy bien orquestado se activa más fácilmente, lo que puede causar un conflicto emocional grave, tanto por dentro como por fuera.
El sistema nervioso simpático con trastorno límite de la personalidad
El trastorno límite de la personalidad (BPD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad mental común y perturbadora que afecta aproximadamente al 1,4 % de la población y a 4 millones de estadounidenses. A pesar de su prevalencia, se han realizado pocas investigaciones para estudiar los mecanismos neurológicos o fisiológicos detrás del TLP. Algunos científicos han sugerido que una mejor comprensión de la mecánica detrás de la BPD, como los problemas con el sistema nervioso simpático, puede conducir a la creación de opciones de tratamiento más efectivas. Hasta la fecha, aunque algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas específicos de la BPD, no hay ningún medicamento específicamente aprobado para tratar la BPD.
Según el «Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales, 5ª edición», una revisión de referencia de los profesionales sanitarios a la hora de realizar un diagnóstico, las personas con TLP suelen tener problemas para regular sus emociones. Los investigadores han planteado la hipótesis de que esto significa que el sistema nervioso simpático de las personas con TLP puede estar demasiado estimulado, provocando reacciones intensas o irracionales. Las personas con TLP tienden a mostrar signos de estrés por más tiempo que otras.
Para las personas con TLP, las situaciones menores que no afectarían a otras personas pueden provocar una respuesta física extrema. Esto puede crear estrés y ansiedad extremos, incluso si el estrés es causado por delirios. Por ejemplo, si una persona con TLP cree que su pareja la va a dejar, puede entrar en pánico y angustiarse, incluso si su pareja no tiene intención de romper con ella. Su corazón puede acelerarse, pueden llorar y pueden sentir una descarga de adrenalina y tomar medidas precipitadas para evitar que su pareja se vaya.
Se desconoce la causa de esta respuesta intensificada. Algunos profesionales de la salud creen que el TLP es causado por una combinación de factores biológicos y ambientales, que incluyen tanto la genética como la forma en que te criaron. El abuso, el trauma y el abandono se han relacionado con un mayor riesgo de TLP. En un estudio, el 75 % de las mujeres con TLP tenían un historial documentado de abuso sexual infantil. Los antecedentes familiares también juegan un papel esencial, ya que el TLP es aproximadamente cinco veces más común entre los familiares biológicos de primer grado de las personas con el trastorno.
La importancia de aprender a manejar el estrés
Cualquiera que sea la causa, porque las personas con TLP tienden a pasar más fácilmente al estado de lucha o huida y a permanecer en ese estado incluso cuando la fuente de estrés ha terminado. Aprender a manejar el estrés que puede desencadenar esa espiral es vital para prevenir recaídas y mejorar la salud en general. Con el tiempo, mantener un estado de alerta constante puede hacer que tu cuerpo trabaje horas extras. Este desgaste, conocido como carga alostática, puede provocar graves problemas de salud.
Por supuesto, tener TLP en sí mismo es estresante. Aún así, existen mecanismos de afrontamiento que pueden ayudarlo a controlar su condición de salud mental. La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales recomienda adoptar estrategias clave, como establecer prioridades para administrar su tiempo, practicar la relajación, hacer ejercicio regularmente y comer una dieta saludable.Estas estrategias pueden ayudar a disminuir el estrés y mejorar su calidad de vida.
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Presentado por la editora en jefe y terapeuta Amy Morin, LCSW, este episodio de The Psyathome Mind Podcast comparte cómo lidiar con sus emociones en cualquier circunstancia que se le presente. Haga clic a continuación para escuchar ahora.
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