La mayoría de nosotros estamos impulsados a tener éxito, ya sea en nuestras carreras, vida social, familias u otras dimensiones de la existencia humana. Esto parece ser un impulso innato que madura y cambia a lo largo de nuestras vidas. Erik Erickson describió el desarrollo humano como una serie de etapas, cada una enfocada en lograr el éxito en un aspecto diferente de la vida. Sin embargo, para lograr el éxito, a menudo es necesario experimentar primero el fracaso; generalmente se requieren lecciones aprendidas con esfuerzo.
En la sociedad motivada de hoy, el fracaso a menudo se considera inaceptable. Nos animamos a innovar pero evitamos “perder” tiempo o dinero. Cuando fallamos, podemos ser amenazados o incluso castigados por los empleadores, cónyuges y padres. Esta experiencia negativa puede llevar al miedo al fracaso. Un nivel bajo de miedo puede ser inspirador, pero un nivel más alto de miedo puede volverse paralizante para nuestro progreso.
¿La esperanza de éxito está relacionada con el miedo al fracaso?
Se ha planteado la hipótesis de que aquellos que tienen un fuerte deseo de éxito en realidad pueden estar sufriendo de miedo al fracaso. Esta hipótesis tiene mucho sentido lógico, ya que lograr el éxito es, por definición, lo opuesto al fracaso. Varios investigadores han probado esta hipótesis con resultados mixtos.
La investigación parece mostrar que la esperanza de éxito y el miedo al fracaso no están necesariamente relacionados. De hecho, parece que aquellos que temen al fracaso no esperan el éxito sino que buscan evitar situaciones de riesgo o elecciones que puedan llamar la atención.
Estas personas a menudo están felices de viajar por el medio del camino, tomando decisiones conservadoras que les permitirán salir adelante sin hacer olas en lugar de tomar los caminos más riesgosos que tienen una mayor probabilidad de fallar.
Miedo al éxito y al control
El miedo al éxito también parece estar relacionado con el nivel de control que la víctima siente sobre su propia vida. Aquellos que sienten que las fuerzas externas tienen el control tienden a correr un mayor riesgo por miedo al éxito. Puede ser que no sientan que se han ganado su éxito, o puede ser que teman que fuerzas externas les quiten el éxito.
Algunas personas parecen temer tanto el éxito como el fracaso al mismo tiempo. Esta puede ser una situación muy difícil en la que estar, ya que cada elección que hace la persona debe sopesarse frente a estos miedos. Es muy posible que alguien en esta situación quede paralizado por la indecisión, incapaz de tomar ninguna decisión.
Miedo a la autopromoción
El miedo a la autopromoción a menudo está fuertemente entrelazado con los miedos al fracaso y al éxito. Definido vagamente como un tipo de fobia social, el miedo a la autopromoción puede hacer que sea difícil o imposible pedir un aumento de sueldo, buscar un mejor trabajo o incluso conseguir una primera cita. El miedo a la autopromoción a veces está relacionado con el síndrome del impostor, un trastorno caracterizado por sentirse como un fraude, sin importar cuántos logros obtenga.
Tratar el miedo al fracaso y el miedo al éxito
Tanto el miedo al fracaso como al éxito tienden a responder bien al tratamiento. Las técnicas cognitivo-conductuales pueden centrarse en pensamientos automáticos y creencias disfuncionales que contribuyen a los miedos al éxito. Las terapias psicoanalíticas ayudan a una persona a comprender mejor las experiencias y los conflictos subyacentes que pueden contribuir a estos miedos.
Tanto el miedo al fracaso como al éxito son condiciones complicadas que pueden impedir que quienes las padecen alcancen su máximo potencial. Sin embargo, con ayuda profesional, ambas condiciones se pueden superar con éxito.