Ya sea que se le haya ordenado asistir a un curso de manejo de la ira o si está interesado en asistir a una clase por su propia cuenta, es posible que se pregunte qué esperar o cómo podría ayudar. Si bien hay muchas formas diferentes de dirigir una clase, en general, las clases de manejo de la ira tienen como objetivo enseñar a las personas las habilidades que necesitan para regular sus emociones y calmarse.
Asistir a una clase de manejo de la ira
Asistir a una clase puede parecer un poco intimidante al principio. Pero podrías aprender habilidades valiosas para la vida que podrían ayudarte a tener un mejor control sobre tus emociones para que la ira no cause problemas en tu vida.
Las clases de manejo de la ira pueden ser tomadas por cualquier persona que quiera controlar mejor su ira. Un padre que les grita a sus hijos, una pareja que es emocionalmente abusiva durante las discusiones o un supervisor que explota con los empleados son solo algunos ejemplos del tipo de personas que puede encontrar en una clase de manejo de la ira.
A veces, las clases de manejo de la ira son ordenadas por la corte. Un juez puede ordenar que un delincuente violento complete un programa de manejo de la ira. O bien, un juez puede ordenar que un padre asista a una clase de manejo de la ira como parte de un acuerdo de custodia.
Las clases de manejo de la ira a veces se utilizan en entornos residenciales. Las personas con lesiones cerebrales traumáticas, por ejemplo, pueden asistir a clases de manejo de la ira en un entorno psiquiátrico.
Clases o Terapia Individual
Muchas clases de manejo de la ira se llevan a cabo como clases educativas en lugar de terapia de grupo. Por lo general, un instructor capacitado guía a los participantes a través de una serie de estrategias de manejo de la ira. Luego, armados con nuevas estrategias, los participantes pueden trabajar para disminuir su comportamiento agresivo y reducir la ira en su vida diaria.
Tenga en cuenta que la ira es una emoción normal. La ira solo se convierte en un problema cuando se expresa de manera poco saludable. En consecuencia, las buenas clases de manejo de la ira están orientadas a manejar la ira y no a aprender a contenerla.
En resumen, el manejo de la ira enseña a las personas cómo identificar su ira y responder de manera más saludable. Por esta razón, es importante ver el control de la ira como una oportunidad para optimizar su bienestar y mejorar sus relaciones en lugar de algo punitivo, incluso si es una orden judicial.
A veces, las personas que asisten a un grupo de control de la ira también pueden necesitar terapia individual. Una persona que ha experimentado un trauma en el pasado, por ejemplo, puede beneficiarse de tener un terapeuta que lo ayude a procesar su trauma mientras aprende simultáneamente habilidades de manejo de la ira a través de un entorno de clase.
El manejo de la ira también se puede enseñar en la terapia individual. La terapia individual ofrece más flexibilidad en términos de programación. Además, el participante puede recibir una atención más individual, así como privacidad. Pero, la terapia generalmente cuesta más que una clase y no contiene el beneficio adicional de aprender de otras personas en un entorno grupal.
Escuchar lo que funciona para otra persona o ver a un compañero de clase dramatizar una situación puede conducir a una nueva comprensión.
Plan de estudios de manejo de la ira
Hay diferentes tipos de plan de estudios que se utilizan en las clases de manejo de la ira. Pero, la mayoría de ellos se basan en estrategias de terapia cognitiva conductual. El enfoque cognitivo conductual para el manejo de la ira implica enseñar a los participantes a reconocer las señales de advertencia de que su ira está aumentando.
A los participantes también se les enseñan estrategias de relajación y técnicas calmantes o cómo hacer cambios de comportamiento. También se les enseña cómo cambiar los pensamientos que alimentan sus sentimientos de ira, que son los cambios cognitivos que realizarán. En general, estas estrategias se pueden adaptar para varios grupos, incluidos los adolescentes, las personas con problemas de abuso de sustancias e incluso los padres.
Según el tipo de plan de estudios y las necesidades del grupo, las clases de manejo de la ira pueden oscilar entre ocho sesiones y 28 sesiones. Las clases suelen tener lugar semanalmente y suelen durar de una a dos horas.
Las clases suelen ser bastante pequeñas. Por ejemplo, algunos grupos pueden incluir solo 10 personas a la vez. Y, la finalización de la clase puede resultar en un «diploma» o certificado de finalización. Por lo general, los miembros reciben un libro de trabajo con tareas semanales. Estas asignaciones les dan a los participantes la oportunidad de practicar las habilidades que han aprendido.
Beneficios de las clases de manejo de la ira
Mejorar su capacidad para responder a situaciones estresantes o frustrantes de una manera saludable y productiva es uno de los principales beneficios del manejo de la ira. Aprenderás a ser asertivo sin ser agresivo o intimidante. Y, al final, tus relaciones y tu bienestar mejorarán.
El manejo de la ira no solo le enseña cómo comunicar sus necesidades de una manera saludable, sino que también lo ayudará a mantener una mejor salud. Incluso puede ayudarlo a controlar los efectos secundarios de la ira no saludable, como dolores de cabeza, insomnio y problemas estomacales.
Además, aprender a manejar la ira de manera efectiva reduce la probabilidad de que recurra a las drogas o al alcohol como una forma de lidiar con el estrés, la frustración y la ira. En cambio, sabrá cómo reducir estos sentimientos de manera saludable y productiva.
Obteniendo ayuda
Si tiene dificultades para controlar su ira o descubre que arremete contra los demás y luego se arrepiente de sus palabras o acciones, asistir a una clase de manejo de la ira podría ser beneficioso. Podría ayudarlo a controlar mejor su ira y aprender a interactuar con los demás de una manera más productiva.
Encontrar una clase apropiada puede resultar un poco abrumador cuando no está seguro de dónde buscar. Pero si cree que podría beneficiarse de una clase de manejo de la ira, comience por hablar con su médico.
Es posible que su médico pueda ayudarlo a encontrar una clase o derivarlo a una agencia de salud mental que pueda ayudarlo a encontrar recursos. También puede comunicarse con su centro comunitario u hospital local. Es posible que ofrezcan clases o que puedan dirigirlo a otro recurso en su comunidad.