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Perfeccionismo saludable y no saludable

El perfeccionismo es una tendencia a establecer estándares excesivamente altos para uno mismo y/o para los demás. Como cualquier rasgo de personalidad, el perfeccionismo incluye todo un espectro de características, algunas positivas y otras negativas, que varían de persona a persona. Tendemos a caracterizar el perfeccionismo como un rasgo negativo en nuestra cultura, pero la investigación ha indicado que existen tipos de perfeccionismo saludables (adaptativos) y no saludables (inadaptados).

¿Qué es el perfeccionismo adaptativo (o «saludable»)?

Este tipo de perfeccionismo se caracteriza por tener altos estándares para uno mismo y para los demás, ser persistente frente a la adversidad y conciencia. El perfeccionismo saludable suele ir acompañado de un comportamiento dirigido a objetivos y buenas habilidades organizativas.

Por ejemplo, puede describirse a sí mismo como un perfeccionista cuando se trata de la escuela o el trabajo porque siempre se esfuerza por hacer lo mejor posible, entregar su trabajo a tiempo y cumplir o superar las expectativas. Sin embargo, no te enfadas demasiado si no alcanzas tus objetivos.

Este es un tipo saludable de perfeccionismo porque se enfoca en lo positivo y te motiva a hacerlo bien. Muchos atletas y artistas tienen perfeccionismo adaptativo y dado que solo se relaciona con un área de sus vidas, su deporte o su arte, los ayuda a sobresalir en sus campos.

¿Qué es el perfeccionismo desadaptativo (o «no saludable»)?

Como con cualquier cosa, el perfeccionismo puede ser muy poco saludable si se lleva al extremo. El perfeccionismo desadaptativo se caracteriza por una preocupación excesiva por los errores del pasado, temores de cometer nuevos errores, dudas sobre si se está haciendo algo correctamente y una preocupación extrema por las altas expectativas de los demás, como los padres o los empleadores.

Una preocupación excesiva por el control es una característica distintiva del perfeccionismo desadaptativo.

Este tipo puede afectar todas las áreas de su vida, no solo una o dos. Básicamente, es el perfeccionismo lo suficientemente extremo como para gobernar tu vida y causar ansiedad y estrés severos.

Por ejemplo, es posible que constantemente se sienta mal del estómago antes de una prueba o presentación porque tiene tanto miedo de no cumplir con las expectativas de los demás o con las suyas propias. Otro ejemplo es pedir constantemente a los demás que le aseguren que está haciendo un buen trabajo y que es querido y respetado. Puede pasar una buena parte de sus días gobernado por el miedo o la ansiedad por no cumplir con sus propios estándares altos. Estas formas de afrontamiento no son saludables porque se enfocan en lo negativo, así como en cosas que normalmente no puedes controlar de todos modos.

En general, mientras que el perfeccionismo adaptativo tiende a asociarse con un buen bienestar psicológico y un alto rendimiento tanto en la escuela como en el trabajo, el perfeccionismo desadaptativo se ha asociado con angustia, baja autoestima, trastornos alimentarios, insomnio y síntomas de enfermedad mental.

Obtenga ayuda si el perfeccionismo está afectando su calidad de vida

Si su perfeccionismo parece estar dominando su vida, podría ser el momento de buscar ayuda. Existen tratamientos, como la terapia cognitivo-conductual, disponibles para ayudarlo a relajarse, dejarse llevar y dejar de permitir que su perfeccionismo gobierne su vida.

Es posible que también pueda identificar las causas o los desencadenantes de su perfeccionismo que lo ayudarán a comprender cómo manejarlo de manera más efectiva.

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Vida, teorías y aportes a la psicología

Karen Horney (pronunciado horn-eye) fue una psicóloga neofreudiana conocida por su teoría de las necesidades neuróticas, su investigación sobre la psicología femenina y sus críticas