La enfermedad de Parkinson es una condición neurológica que afecta la parte del cerebro que controla el movimiento. Como resultado, los síntomas de la enfermedad de Parkinson incluyen temblores, rigidez muscular y dificultad con el equilibrio, el movimiento y la coordinación. Con el tiempo, es posible que tenga problemas para caminar y hablar.
La enfermedad de Parkinson generalmente comienza lentamente y progresa con el tiempo. Dado que los síntomas son sutiles al principio, pueden confundirse con signos normales de envejecimiento.
Los seres queridos, como la familia y los amigos, suelen ser los primeros en notar los síntomas de la enfermedad de Parkinson antes de que usted los note. Por ejemplo, alguien puede notar que tiene dificultad para levantarse de una silla o que le tiembla la mano.
Signos y Síntomas
La enfermedad de Parkinson afecta las neuronas, o células nerviosas, en el cerebro que producen un neurotransmisor, o sustancia química cerebral, llamada dopamina. Las personas con Parkinson experimentan dificultades de movimiento debido a los niveles más bajos de dopamina.
Los síntomas relacionados con el movimiento de la enfermedad de Parkinson se denominan colectivamente «parkinsonismo». Debido a que otras condiciones de salud también pueden causar dificultades de movimiento similares, a veces se diagnostican erróneamente como Parkinson.
Estas son algunas de las dificultades relacionadas con el movimiento asociadas con la enfermedad de Parkinson:
- Temblores: El Parkinson puede causar temblores en los dedos, las manos, los brazos, las piernas, los pies, la mandíbula o la cabeza. Es más probable que experimente temblores cuando está estresado o en reposo y es menos probable que los experimente cuando está durmiendo o moviendo las extremidades.
- Bradicinesia (movimientos lentos): Sus movimientos pueden ralentizarse a medida que su cerebro se esfuerza por transmitir mensajes a otras partes de su cuerpo. Esto puede suceder de forma repentina o gradual y dificultar las tareas diarias. Puede que le resulte difícil ducharse, vestirse o levantarse de una silla.
- Rigidez muscular: Los músculos de cualquier parte de su cuerpo pueden volverse rígidos y difíciles de relajar. La rigidez muscular puede ser dolorosa y dificultar el movimiento libre, lo que da como resultado un rango de movimiento limitado.
- Cambios en el habla: Su discurso puede volverse más suave de lo normal y tener menos inflexiones, pareciendo un tono monótono. También puede acelerarse o volverse confuso. Es posible que dude antes de hablar.
- Dificultad para escribir: Escribir puede resultar difícil y su letra puede volverse más pequeña y más difícil de leer.
- Falta de expresiones faciales: Es posible que tenga menos movimientos y expresiones faciales, como sonreír o parpadear.
- Dificultad para caminar: El Parkinson puede hacer que caminar sea un desafío. Cuando intenta dar un paso, puede sentir que sus pies están pegados al suelo. Es posible que desarrolle un paso más corto a través de pasos arrastrados y tenga problemas para mover los brazos de forma natural al caminar. Sus pies también pueden arrastrarse por el suelo.
- Mala postura y equilibrio: Puede comenzar a encorvarse y desarrollar una inclinación hacia adelante. Esto puede afectar su equilibrio y hacer que sea más probable que se caiga mientras camina.
- Distonía (espasmos musculares y calambres): Puede experimentar espasmos musculares y calambres en varias partes de su cuerpo. Por ejemplo, es posible que tenga calambres severos en los pies o que los dedos de los pies se doblen o se aprieten con espasmos dolorosos.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson generalmente comienzan en un lado del cuerpo y luego se propagan gradualmente al otro lado. Sin embargo, los síntomas pueden continuar siendo más pronunciados en un lado.
Complicaciones y comorbilidades
La enfermedad de Parkinson también afecta la producción de norepinefrina, otro neurotransmisor en el cerebro. Esto puede afectar el funcionamiento del sistema nervioso simpático, que controla varias funciones autónomas del cuerpo, como la respiración, la digestión, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Por lo tanto, los niveles bajos de norepinefrina son responsables de muchos de los síntomas del Parkinson no relacionados con el movimiento, como irregularidades en la presión arterial y dificultades digestivas.
Estos son algunos de los otros síntomas de la enfermedad de Parkinson:
- Babeo y dificultad para masticar y tragar, lo que puede conducir a deficiencias nutricionales
- Interrupciones del sueño debido al síndrome de piernas inquietas o a la representación de sus sueños
- Pérdida del olfato, que a veces puede ocurrir años antes de que aparezcan otros síntomas.
- Presión arterial baja, que puede causar mareos o desmayos al ponerse de pie
- Problemas urinarios, como incontinencia (pérdida del control de la vejiga)
- Estreñimiento
- Fatiga
- Depresión
- Ansiedad
- Apatía (falta de interés)
- Deterioro de la memoria y el pensamiento
- alucinaciones
- Alucinaciones
- cambios de peso
- Cambios en la visión
Preguntas frecuentes
Si sospecha que tiene Parkinson o le han diagnosticado recientemente, probablemente tenga muchas preguntas sobre los síntomas que probablemente experimente.
Estas son algunas de las preguntas frecuentes sobre los síntomas del Parkinson.
Hable con su proveedor de atención médica acerca de sus síntomas y hágale cualquier pregunta sobre su salud.
¿Tendré todos estos síntomas?
Todo el mundo experimenta el Parkinson de manera diferente. Es posible que tenga o no todos los síntomas de la afección, y es posible que no ocurran necesariamente en el mismo orden que los síntomas de otra persona. La intensidad de los síntomas también puede variar: pueden ser leves para algunos e intensos para otros.
¿Qué tan rápido progresan los síntomas?
La velocidad a la que progresa la enfermedad de Parkinson puede variar de una persona a otra. Puede ser difícil predecir qué tan rápido progresará. La progresión de la enfermedad a menudo se clasifica en las siguientes etapas:
- Etapa temprana: Esta etapa generalmente tiene síntomas leves que no interfieren con su rutina diaria. Puede sentirse cansado o inquieto, tener dificultad para pararse o notar temblores leves.
- Etapa media: Sus síntomas pueden comenzar a empeorar y es posible que tenga dificultades con las tareas diarias. Los temblores y la rigidez muscular pueden volverse más prominentes y extenderse a ambos lados de su cuerpo. El movimiento, el equilibrio y la coordinación pueden volverse más difíciles y puede comenzar a caerse.
- Etapa media a tardía: Es posible que necesite ayuda para ponerse de pie y caminar. También es posible que necesite atención a tiempo completo si vive en su casa.
- Etapa avanzada: Puede comenzar a experimentar alucinaciones o delirios. Es posible que necesite una silla de ruedas para moverse o que necesite atención de enfermería a tiempo completo si queda postrado en cama.