La criofobia, o el miedo irracional al frío extremo, es una fobia relativamente compleja. Algunas personas solo temen al clima frío, mientras que otras temen tocar objetos fríos. Además, la definición de frío varía ampliamente entre los individuos. Algunas personas con criofobia temen solo los artículos o las temperaturas bajo cero, mientras que otras temen cualquier cosa que perciban como «fría» al tacto.
Es importante señalar que este miedo puede ser extremo y no debe confundirse con el simple disgusto por los objetos fríos. El hecho de que prefieras no entrar en contacto con el frío no significa que sufras de criofobia.
Criofobia y clima invernal
La criofobia a menudo es peor durante los meses de invierno, incluso para aquellos que temen específicamente a los objetos fríos. La nieve y el hielo pueden parecer insoportables, mientras que los objetos que siempre se sienten fríos, como los artículos de metal, se sienten aún más fríos durante el invierno.
Sin embargo, la sensación de «frío» es diferente para todos. Puede ser difícil para una persona que siente frío cuando la temperatura desciende por debajo de los 70 F entender la criofobia en alguien que se siente cómodo a 55 F. Sin embargo, el miedo de esa persona no es menos real.
La criofobia también puede estar en el centro del miedo a las actividades invernales. Incluso si por lo general te sientes cómodo en un clima más frío, es posible que temes pasar el día esquiando o andando en trineo. También es posible que te preocupe que algo salga mal, posiblemente te encuentres en una situación en la que sientas frío pero estés muy lejos de un refugio cálido.
Causas
La criofobia es más probable que ocurra en aquellos que han tenido un impacto negativo significativo por el frío. Por ejemplo, si ha experimentado hipotermia, se ha caído a través del hielo o ha quedado atrapado en un montón de nieve, es más probable que desarrolle este miedo. La experiencia negativa no tiene por qué haberte sucedido directamente. Si alguien que conoce se ha visto afectado por el frío, también es probable que desarrolle criofobia. Incluso ver informes de noticias de un accidente particularmente grave puede desencadenar el miedo en algunas personas predispuestas.
Aquellos que se mudan o viajan repentinamente de un clima relativamente cálido a uno mucho más frío también pueden tener un mayor riesgo.
Sin embargo, la criofobia también puede ocurrir sin ninguna experiencia negativa previa. Algunas personas simplemente perciben el frío con más sensibilidad que otras, y algunas lo interpretan no solo como incómodo sino aterrador. Una percepción negativa general podría, con el tiempo, convertirse en una fobia en toda regla.
Manejo de la criofobia
Muchas personas descubren que pueden manejar casos más leves de criofobia con técnicas de autoayuda. Vestirse abrigado, evitar el tiempo innecesario al aire libre y mantener la casa calentita puede contribuir en gran medida a aliviar los temores leves. Los casos más severos, sin embargo, pueden ser limitantes de la vida. Algunas personas no pueden viajar a la escuela o al trabajo, evitan las ocasiones sociales y quedan aisladas durante el invierno.
Si su miedo es severo, considere buscar ayuda profesional. Como todas las fobias, la criofobia responde bien a una variedad de métodos de tratamiento. Es posible que nunca aprendas a amar las vacaciones de esquí, pero con ayuda y trabajo duro, no hay razón para que la criofobia se apodere de tu vida.