El abuso y la negligencia emocional infantil pueden provocar cambios permanentes en el cerebro humano en desarrollo. Estos cambios en la estructura del cerebro parecen ser lo suficientemente significativos como para causar problemas psicológicos y emocionales en la edad adulta, como trastornos psicológicos y abuso de sustancias.
Alrededor del 14% de los estadounidenses informa haber sufrido abuso emocional o negligencia durante su infancia. El abuso emocional puede incluir:
- Insultar, insultar o maldecir a un niño
- Amenazar con dañar físicamente al niño
- Aterrorizar o hacer que el niño sienta miedo
La negligencia emocional implica no satisfacer las necesidades emocionales de un niño. Esto puede incluir fallar en:
- Cree en el niño
- Crear una familia unida
- Hacer que el niño se sienta especial o importante
- Dar apoyo
- Quiere que el niño tenga éxito
Cómo el abuso altera la estructura cerebral
A medida que los niños crecen, sus cerebros pasan por períodos de rápido desarrollo. Las experiencias negativas pueden interrumpir esos períodos de desarrollo y provocar cambios en el cerebro más adelante.
La investigación respalda esta idea y sugiere que el momento y la duración del abuso infantil pueden afectar la forma en que afecta a esos niños más adelante en la vida. El abuso que ocurre en la primera infancia durante un período prolongado, por ejemplo, puede tener resultados particularmente negativos.
El Dr. Martin Teicher y sus colegas del Hospital McLean, la Escuela de Medicina de Harvard y la Universidad Northeastern estudiaron esta relación entre el abuso y la estructura del cerebro mediante el uso de tecnología de imágenes por resonancia magnética (IRM) para identificar cambios medidos en la estructura del cerebro entre adultos jóvenes que habían sufrido abuso infantil. o negligencia.
Encontraron claras diferencias en nueve regiones del cerebro entre los que habían experimentado un trauma infantil y los que no. Los cambios más evidentes se produjeron en las regiones del cerebro que ayudan a equilibrar las emociones y los impulsos, así como en el pensamiento consciente. Los resultados del estudio indican que las personas que han sufrido abuso o negligencia infantil tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental más adelante.
Efectos sobre la estructura cerebral
El abuso y la negligencia infantil pueden tener varios efectos negativos en el desarrollo del cerebro. Algunos de estos son:
- Disminución del tamaño del cuerpo calloso, que integra el funcionamiento cortical (desempeño motor, sensorial y cognitivo) entre los hemisferios
- Disminución del tamaño del hipocampo, que es importante en el aprendizaje y la memoria.
- Disfunción en diferentes niveles del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal (HPA), que está involucrado en la respuesta al estrés
- Menos volumen en la corteza prefrontal, lo que afecta el comportamiento, el equilibrio emocional y la percepción.
- Hiperactividad en la amígdala, que es responsable de procesar las emociones y determinar las reacciones ante situaciones potencialmente estresantes o peligrosas
- Reducción del volumen del cerebelo, lo que puede afectar las habilidades motoras y la coordinación.
Efectos sobre el comportamiento, las emociones y la función social
Debido a que el abuso, la negligencia y el trauma infantil cambian la estructura del cerebro y la función química, el maltrato también puede afectar la forma en que los niños se comportan, regulan las emociones y funcionan socialmente. Estos efectos potenciales incluyen:
- Estar constantemente alerta e incapaz de relajarse, sin importar la situación.
- Sentirse temeroso la mayor parte o todo el tiempo
- Encontrar situaciones sociales más desafiantes.
- Déficits de aprendizaje
- No alcanzar los hitos del desarrollo de manera oportuna
- Una tendencia a desarrollar una condición de salud mental.
- Una capacidad debilitada para procesar comentarios positivos.
Estos efectos pueden continuar causando problemas en la edad adulta si no se abordan. Los adultos que sufrieron maltrato durante la infancia pueden tener problemas con las relaciones interpersonales, o pueden evitarlas por completo.
Este resultado podría estar relacionado con la teoría del apego, o la idea de que nuestras relaciones tempranas con los cuidadores influyen en la forma en que nos relacionamos con las personas más adelante en la vida. El abuso emocional y la negligencia no permiten que se forme un vínculo seguro entre un niño y su cuidador, lo que provoca angustia en el niño e influye en la forma en que se ven a sí mismos y a los demás.
Los adultos que sufrieron abuso o negligencia emocional en la niñez también pueden experimentar:
La forma en que el abuso o la negligencia infantil afecta a los niños más adelante en la vida depende de una variedad de factores:
- Con qué frecuencia ocurrió el abuso
- La edad que tenía el niño durante el abuso.
- Quién fue el abusador
- Si el niño tuvo o no un adulto confiable y amoroso en su vida
- Cuánto duró el abuso
- Si hubo alguna intervención en el abuso.
- El tipo y la gravedad del abuso.
- Otros factores individuales
Tratamiento
A través del tratamiento, es posible abordar los efectos del abuso y la negligencia emocional infantil. El tratamiento en estos casos es muy individual ya que el maltrato puede tomar muchas formas y la respuesta de cada persona puede ser diferente.
Es probable que cualquier forma de tratamiento incluya terapia y, dependiendo de la presencia o no de otras afecciones de salud mental, también puede incluir medicamentos. Algunas formas efectivas de terapia son:
- Terapia de exposición: La terapia de exposición consiste en interactuar con algo que normalmente provoca miedo mientras se aprende lentamente a mantener la calma. Esta forma de terapia puede mejorar las conexiones neuronales entre varias regiones del cerebro.
- Terapia familiar: La terapia familiar es un tratamiento psicológico destinado a mejorar las relaciones dentro de toda la familia y crear un entorno familiar mejor y más solidario. Este tipo de tratamiento puede mejorar el funcionamiento del eje HPA y dar lugar a una respuesta al estrés más saludable.
- Enfoques basados en la atención plena: La terapia basada en la atención plena se centra en ayudar a las personas a desarrollar un sentido de conciencia de sus pensamientos y sentimientos para que puedan comprenderlos y regularlos mejor. Estos enfoques pueden ayudar a mejorar la resiliencia contra el estrés al beneficiar varias regiones del cerebro y mejorar las conexiones neuronales.
- Terapia cognitiva conductual centrada en el trauma (TF-CBT): TF-CBT se enfoca en ayudar a las personas a aprender nuevas habilidades de afrontamiento, reestructurar pensamientos negativos o inútiles, regular sus estados de ánimo y superar el trauma mediante la elaboración de una narrativa de trauma. Esta forma de terapia puede ayudar a reducir la hiperactividad en la amígdala.
Preguntas frecuentes
-
¿Cuál es la definición de maltrato infantil?
El maltrato infantil es cualquier tipo de abuso o negligencia de un niño menor de 18 años por parte de un padre, cuidador u otro adulto. Puede incluir abuso físico, abuso sexual, abuso emocional y negligencia.
-
¿Cuáles son los signos de abuso infantil?
Los signos de abuso infantil pueden incluir síntomas físicos como dolor inexplicable, hematomas, cambios de peso, dolores de cabeza o dolor abdominal. Los síntomas conductuales pueden incluir agresión hacia los compañeros, aislamiento social, bajo rendimiento en la escuela, comportamiento sexualizado o autolesión. La mala higiene, los problemas para comer o la vestimenta inadecuada para el clima también pueden indicar maltrato.