Si tiene un trastorno de ansiedad social, es posible que evite las situaciones sociales o tenga un miedo a la vergüenza que no guarda proporción con el evento real. Es posible que te preocupe decir algo tonto o sonrojarte por el nerviosismo. Puede encontrar que esto es increíblemente disruptivo para su vida, dañando las relaciones con amigos y seres queridos, e incluso perjudicando su carrera. Evitar todas estas situaciones no es práctico a largo plazo.
Sepa que no está solo; La ansiedad social es uno de los trastornos de ansiedad más comunes tanto en hombres como en mujeres. Muchas personas experimentan episodios de ansiedad social en la adolescencia, pero no buscan tratamiento hasta bien entrada la edad adulta. Algunas personas posponen el tratamiento porque piensan que no ayudará; creen que la ansiedad social es solo una parte innata de su personalidad.
Pero si bien la ansiedad social puede ser difícil de superar, la terapia con un proveedor de atención médica que se especialice en trastornos de ansiedad puede ayudarlo a controlar su afección e interactuar de manera más natural con los demás sin un miedo tan apremiante.
Manejo de la ansiedad social con respuestas racionales
Su médico puede recomendarle que se someta a una intervención cognitivo-conductual, incluida la terapia cognitivo-conductual (TCC). Algunos programas integrarán diferentes enfoques para la ansiedad, como técnicas de relajación y capacitación en habilidades sociales y de conversación, y luego pasarán a formas de intervención más intensas, incluida la reestructuración cognitiva.
Su terapeuta trabajará con usted para revisar las situaciones que le provocan miedo, como dar un discurso, e identificar los pensamientos de ansiedad que lo acompañan. Por ejemplo, si tiene ansiedad por hablar en público, puede pensar irracionalmente que la gente se reirá de usted si tartamudea o que un mal discurso arruinará su carrera.
Una vez que se identifiquen esos pensamientos irracionales, su terapeuta lo ayudará a reemplazar esos pensamientos con respuestas racionales. Usted y su consejero construirán sus nuevas respuestas después de un proceso de repasar sus pensamientos inmediatos, disputar esos pensamientos usando preguntas de disputa y resumir los conceptos clave del proceso de disputa.
En el ejemplo de dar un discurso, su pensamiento inmediato puede ser sus pensamientos impulsados por la ansiedad acerca de ser humillado en público. A través de su terapia, reconocerá que este pensamiento reflexivo es irracional haciéndose preguntas como: «Si viera a alguien tartamudear, ¿pensaría que es un incompetente?»
Al pensar en sus propias reacciones ante las situaciones de los demás y darse cuenta de lo poco que piensa en esos errores, puede ayudar a calmarse y aceptar que su miedo no es realista.
Luego puede reemplazar ese miedo con una respuesta racional aprendida como: «Aunque tropiece con mis palabras, eso no significa que haya algo mal en mí o que no pueda hacer mi trabajo».
Pensar de manera más adaptativa sobre estas situaciones sociales y dar un paso atrás para reflexionar sobre sus reacciones puede ser un gran paso para ayudarlo a controlar la ansiedad social y sus síntomas. No es algo que se pueda curar de la noche a la mañana, pero con un buen terapeuta y una terapia constante utilizando respuestas racionales, se puede controlar el trastorno. Esto contribuirá en gran medida a ayudarlo a comunicarse con los demás, seguir su rutina diaria y disfrutar el tiempo con sus seres queridos.