Actualmente en su quinta edición (DSM-5), el Manual diagnóstico y estadístico (DSM) a veces se denomina la biblia de la psiquiatría.Dentro de sus coberturas hay criterios de diagnóstico específicos para los trastornos mentales, así como una serie de códigos que permiten a los terapeutas resumir fácilmente condiciones a menudo complejas para fines de investigación clínica y seguros.
Este método ofrece una serie de ventajas, como la estandarización de diagnósticos entre diferentes proveedores de tratamiento. Pero cada vez más, los profesionales de la salud mental están considerando los inconvenientes del DSM, incluida la posibilidad de un diagnóstico excesivo. Para entender el debate, primero es necesario entender qué es y qué no es el DSM.
Historia del DSM
Aunque sus raíces se remontan a finales del siglo XIX, la estandarización de las clasificaciones de enfermedades mentales realmente se afianzó en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. (entonces conocido como Administración de Veteranos o VA) necesitaba una forma de diagnosticar y tratar a los miembros del servicio que regresaban y que tenían una amplia gama de dificultades de salud mental.
En 1949, la Organización Mundial de la Salud publicó su sexta edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), que por primera vez incluía las enfermedades mentales. Aunque este trabajo representó algunos de los primeros estándares para el diagnóstico de salud mental, estaba lejos de estar completo.
DSM-I y DSM-II
En 1952, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) publicó el DSM-I, una adaptación de un sistema de clasificación desarrollado por las fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial. Fue diseñado para ser utilizado por médicos y otros proveedores de tratamiento.
El DSM-I fue el primero de su tipo, pero los expertos acordaron que aún necesitaba trabajo. El DSM-II, publicado en 1968, intentó incorporar el conocimiento psiquiátrico de la época. Fue fuertemente influenciado por conceptos psicoanalíticos que eran prominentes en ese momento.
DSM-III
Publicado en 1980, el DSM-III representó un cambio radical en la estructura del DSM. Su objetivo era mejorar la validez y estandarización de los diagnósticos psiquiátricos. Fue la primera versión que introdujo elementos como el sistema multieje y criterios de diagnóstico explícitos. También eliminó gran parte del sesgo de las versiones anteriores hacia el pensamiento psicodinámico o freudiano a favor de un enfoque más descriptivo y categórico.
Aunque el DSM-III fue un trabajo pionero, el uso en el mundo real pronto reveló sus fallas y limitaciones. Los criterios de diagnóstico confusos y las inconsistencias llevaron a la APA a desarrollar una revisión. Algunos de estos cambios se basaron en el cambio de las normas sociales. Por ejemplo, en el DSM-III, la homosexualidad se diagnosticó como homosexualidad egodistónica. En la revisión, se eliminó esta clasificación específica.
Sin embargo, a fines de la década de 1980, la homosexualidad ya no se consideraba un trastorno, aunque sí lo eran la ansiedad y la angustia por la orientación sexual. El DSM-III-R, publicado en 1987, solucionó muchas de las dificultades internas del trabajo anterior.
DSM-IV y DSM-5
Publicado en 1994, el DSM-IV reflejó numerosos cambios en la comprensión de los trastornos de salud mental. Se agregaron algunos diagnósticos, se restaron otros o se reclasificaron. Además, el sistema de diagnóstico se perfeccionó aún más en un esfuerzo por hacerlo más fácil de usar.
El DSM-5, publicado en mayo de 2013, representó otro cambio radical en el pensamiento de la comunidad de salud mental. Se cambiaron, eliminaron o agregaron diagnósticos, y la estructura organizativa experimentó una reelaboración importante.
Las ediciones anteriores pasaron décadas entre revisiones. Se espera que el DSM-5 se revise más regularmente con mini adiciones (como el DSM-5.1, DSM-5.2, etc.) en un esfuerzo por responder mejor a la investigación.
Usos clínicos del DSM
Cada profesional de la salud mental utiliza el DSM a su manera. Algunos profesionales se apegan rígidamente al manual y desarrollan planes de tratamiento para cada cliente basándose únicamente en los diagnósticos del libro. Otros usan el DSM como una guía, una herramienta que les ayuda a conceptualizar casos mientras se enfocan en el conjunto único de circunstancias de cada cliente.
Pero en el mundo moderno, prácticamente todos los profesionales de la salud mental deben consultar los códigos del DSM para facturar el tratamiento a las compañías de seguros.
Ventajas del DSM
A pesar de sus fallas, el DSM es excepcionalmente útil por varias razones.
Estandarización
Más allá de la facturación y la codificación, la estandarización brinda una serie de beneficios importantes para el médico y el cliente. La estandarización de los diagnósticos ayuda a garantizar que los clientes reciban un tratamiento adecuado y útil independientemente de su ubicación, clase social o capacidad de pago. Proporciona una evaluación concreta de los problemas y ayuda a los terapeutas a desarrollar objetivos específicos de la terapia, así como a evaluar la efectividad del tratamiento.
Orientación de investigación
Además, el DSM ayuda a guiar la investigación en el campo de la salud mental. Las listas de verificación de diagnóstico ayudan a garantizar que diferentes grupos de investigadores estudien el mismo trastorno, aunque esto puede ser más teórico que práctico, ya que muchos trastornos tienen síntomas tan variados.
Orientación Terapéutica
Para el profesional de la salud mental, el DSM elimina muchas conjeturas. El diagnóstico y el tratamiento adecuados de las enfermedades mentales siguen siendo un arte, pero los criterios de diagnóstico del DSM sirven como una especie de mapa.
En la era de la terapia breve, un médico puede ver a un cliente específico solo unas pocas veces, lo que puede no ser suficiente para profundizar en los antecedentes y problemas del cliente. Usando los criterios de diagnóstico contenidos en el DSM, el terapeuta puede desarrollar un marco de referencia rápido, que luego se refina durante las sesiones individuales.
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Simplifica demasiado el comportamiento humano.
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Aumenta el riesgo de diagnóstico erróneo o sobrediagnóstico
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Proporciona etiquetas, que pueden ser estigmatizantes.
Desventajas del DSM
Ninguna herramienta es perfecta y el DSM no es una excepción. Ser consciente de sus inconvenientes es importante tanto para los pacientes como para los terapeutas.
Simplificación
La última ronda de críticas se hace eco de un largo debate sobre la naturaleza de la salud mental. Muchos críticos del DSM lo ven como una simplificación excesiva del vasto continuo del comportamiento humano.A algunos les preocupa que al reducir los problemas complejos a etiquetas y números, la comunidad científica corra el riesgo de perder el rastro del elemento humano único.
Diagnósticos erróneos y sobrediagnósticos
Los posibles riesgos incluyen un diagnóstico erróneo o incluso un diagnóstico excesivo, en el que se etiqueta a grandes grupos de personas con un trastorno simplemente porque su comportamiento no siempre se alinea con el ideal actual.El trastorno por déficit de atención/hiperactividad infantil (TDAH) es un ejemplo común. Los cambios en la terminología y los criterios de diagnóstico en el DSM-IV coincidieron con un aumento masivo en el número de niños que toman Ritalin u otros medicamentos.
Etiquetado y estigmatización
Otros riesgos implican la posibilidad de estigmatización. Aunque los trastornos de salud mental no se ven de la manera negativa que alguna vez fueron, los trastornos específicos pueden percibirse como etiquetas. Algunos terapeutas tienen mucho cuidado de evitar etiquetar a sus clientes. Pero por una variedad de razones, puede ser necesario un diagnóstico específico.
Lo que puede hacer para garantizar un diagnóstico adecuado
A pesar de las preocupaciones de algunos segmentos de la comunidad de salud mental, el DSM sigue siendo el estándar para el diagnóstico de las condiciones de salud mental. Sin embargo, como cualquier otro manual profesional, el DSM está diseñado para ser utilizado como una de las muchas herramientas para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
No hay sustituto para el juicio profesional por parte de un proveedor de salud mental. Es importante entrevistar a los médicos potenciales como lo haría con cualquier otro proveedor de servicios. Haga preguntas sobre sus antecedentes y enfoque terapéutico, y elija el estilo cuyo estilo se adapte mejor a su personalidad y objetivos de tratamiento.
En los últimos años, algunas asociaciones de salud mental han publicado manuales complementarios que intentan abordar algunos de los inconvenientes del DSM con criterios de diagnóstico más específicos relevantes para la escuela de pensamiento de la asociación. Por ejemplo, cinco asociaciones se unieron para crear el Manual de Diagnóstico Psicodinámico, o PDM, en 2006.
Ese manual en particular está dirigido a médicos de salud mental que incorporan una perspectiva psicodinámica o psicoanalítica en su trabajo con pacientes. El objetivo de este enfoque es describir las dimensiones de la personalidad general y el funcionamiento emocional de un paciente y las formas en que esto podría influir en el proceso terapéutico.
Una palabra de Psyathome
Si tiene alguna inquietud acerca de su diagnóstico, consulte a su médico para obtener más información. Encontrar el terapeuta o profesional de la salud mental adecuado puede ser un desafío, pero las recompensas bien valen la pena.