Si alguna vez ha estado en terapia, probablemente haya notado que su terapeuta hace muchas preguntas vagas. De hecho, esto incluso se ha convertido en una fuente de humor en la cultura pop. La famosa pregunta de Bob Newhart, «¿Cómo te hizo sentir eso?» se ha convertido en una forma estándar de satirizar la terapia.
Pero las preguntas abiertas no solo son una herramienta útil en la terapia, también son una buena manera de iniciar conversaciones en el día a día. Aprenda el valor de este tipo de preguntas aparentemente vagas.
Preguntas abiertas y cerradas
La mayoría de los terapeutas están capacitados para hacer preguntas abiertas. Las preguntas abiertas son aquellas que le permiten proporcionar la cantidad de detalles que desee, en lugar de simplemente responder «sí» o «no». Las preguntas abiertas lo alientan a compartir material relevante sobre su vida, su forma de pensar y sus creencias.
Considere las siguientes oraciones:
- ¿Tienes una buena relación con tus padres?
- Háblame de tu relación con tus padres.
El material cubierto es idéntico, pero las respuestas probablemente serán muy diferentes. La primera pregunta es una pregunta cerrada. La respuesta esperada es «sí» o «no». Si un terapeuta hace esa pregunta y obtiene una de esas respuestas, la pelota vuelve al campo del terapeuta para alentar una respuesta más completa. Con una pregunta cerrada, un cliente puede optar por decir más, pero a menudo no lo hace.
Hay otra diferencia importante entre estas dos oraciones. El número uno es una pregunta capciosa. Introduce la idea de «bien» en la conciencia del cliente. Este no es un ejemplo particularmente preocupante de una pregunta capciosa, pero considera una pregunta como «¿Tu padre abusó sexualmente de ti?». Debido al hecho de que esta pregunta puede generar una respuesta determinada, los terapeutas generalmente evitan hacer preguntas como esa.
Un escollo a evitar es cuando su pregunta abierta es en realidad cerrada. A veces elabora una pregunta que es complicada y le parece abierta, pero de hecho, puede resultar en una respuesta que es básicamente sí o no.
Tipos de preguntas abiertas
Es probable que las preguntas abiertas presenten el típico «quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo» que se usa en el buen periodismo. Estas preguntas generan diferentes tipos de respuestas que pueden ser útiles para un terapeuta.
- Quién: Provoca una percepción de las relaciones.
- Qué: La mayoría de las veces conduce a hechos.
- Donde: Permite la discusión sobre el lugar donde tuvo lugar el entorno.
- Cuándo: Trae el tiempo de un problema, incluyendo lo que sucedió inmediatamente antes y después de él
- Por qué: La mayoría de las veces trae razones
- Cómo: Permite a una persona hablar sobre sentimientos y/o procesos
El tono de voz adecuado es importante cuando se hace cualquier pregunta, específicamente cuando se pregunta «por qué». Comenzar una pregunta con «por qué» puede parecer acusatorio y hacer que una persona responda a la defensiva. El uso de un tono sin prejuicios puede evitar esta respuesta.
9 preguntas que los terapeutas suelen hacer
Cada terapeuta es diferente, al igual que los enfoques que pueden utilizar. Estas son algunas preguntas comunes que los terapeutas pueden hacer en su primera cita:
- ¿Que te trae aquí hoy?
- ¿Alguna vez ha visto a un consejero/terapeuta/psicólogo antes?
- ¿Cuál considera que es el mayor problema?
- ¿Cómo te hace sentir este problema?
- ¿Qué mejora el problema?
- ¿Qué cambios positivos te gustaría ver en tu vida?
- En general, ¿cómo describiría su estado de ánimo?
- ¿Qué espera del proceso de consejería?
- ¿Qué haría falta para que te sintieras más feliz o más en paz?
Uso de preguntas abiertas en la vida diaria
Los terapeutas no son los únicos que se benefician del uso de preguntas abiertas. Cualquiera puede usar preguntas abiertas en su vida diaria. La verdad es que es mucho más probable que una conversación fluya y se conecte con las personas cuando hace preguntas abiertas en lugar de preguntas cerradas.
Si está hablando con alguien que no conoce muy bien, hágale preguntas abiertas. De hecho, si piensa en una pregunta con una respuesta de sí o no, vea si puede cambiarla a una versión más abierta y pregunte eso en su lugar. Es probable que la conversación avance más fácilmente y llegarás a conocer a esa persona en un nivel más profundo.
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¿Qué tienes en mente?
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¿Por qué elegiste este campo?
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Háblame de tu familia.
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¿Cómo era vivir allí?
Una palabra de Psyathome
Las preguntas abiertas no pretenden ser vagas, evasivas o molestas. Más bien, son la forma en que su terapeuta lo conoce, como lo que lo motiva, lo que piensa, lo que le molesta, lo que ama y cómo pueden ayudarlo mejor.