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¿Por qué las víctimas de violencia doméstica se retractan?

Es sorprendentemente común que las víctimas de violencia doméstica decidan retractarse de su testimonio y no seguir adelante con los cargos contra una pareja íntima. En algunos estados, se han aprobado leyes que exigen el arresto obligatorio y el enjuiciamiento de los casos, ya sea que la víctima coopere o no.

Si una víctima de violencia doméstica se niega a testificar, o se retracta y testifica que el incidente no ocurrió, se hace más difícil obtener una condena. En cambio, el abusador sale de la cárcel, evita las consecuencias y el ciclo de violencia puede repetirse.

Estas son algunas de las razones por las que una víctima de violencia doméstica puede retractarse de su historia.

Amenazas de más violencia

Los defensores y consejeros que trabajan con personas que han sufrido violencia doméstica solían creer que las víctimas se retractaban de sus historias porque tenían miedo de más violencia. La idea era que las víctimas cambiaron de opinión acerca de presentar cargos porque los perpetradores las amenazaron.

Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que no son las amenazas las que usan los abusadores para convencer a sus víctimas de que cambien sus historias; más bien, es un atractivo emocional sofisticado que generalmente progresa a través de cinco etapas distintas diseñadas para minimizar sus acciones y ganar la simpatía de la víctima.

El proceso de retractación

Por razones de seguridad, muchas cárceles y centros de detención graban conversaciones de llamadas telefónicas realizadas por los reclusos. Los participantes saben que su conversación está siendo grabada porque se hace un anuncio al comienzo de la llamada.

Mediante el estudio de muchas horas de conversaciones grabadas entre reclusos varones que enfrentan cargos por delitos graves de violencia doméstica y sus víctimas femeninas que luego decidieron retractarse, los investigadores pudieron obtener información sobre el proceso de retractación.

Los cinco pasos de la retractación

Los investigadores han identificado un proceso de retractación de cinco pasos. Comienza con las víctimas defendiéndose a la fuerza y ​​termina con ellas uniéndose al perpetrador y planeando cómo cambiarán su testimonio.

Las cinco etapas de la retractación son tan predecibles como el ciclo de violencia que se repite en una relación físicamente abusiva.

Paso 1: Fuerte y Resuelto

Las primeras conversaciones telefónicas suelen ser argumentos acalorados sobre los acontecimientos que llevaron a los actos de violencia. En estas llamadas iniciales, la víctima es fuerte y resiste el relato de los hechos del perpetrador.

En la primera o segunda llamada, las víctimas casi siempre están resueltas a ver al abusador procesado por sus acciones. A medida que continúan las llamadas, esa determinación comienza a erosionarse.

Paso 2: Minimizar el abuso

En llamadas posteriores, el perpetrador intenta convencer a la víctima de que el incidente no fue tan grave. Más importante aún, es durante esta etapa que el abusador trata de ganarse la simpatía de la víctima presentándose como tal (por ejemplo, sufrir en la cárcel, extrañar a la familia, etc.)

Este es un punto de inflexión crítico en el proceso cuando la víctima real comienza a ver al perpetrador como una víctima. Una vez que la víctima comienza a calmar y consolar al abusador, los próximos tres pasos del proceso tienden a ocurrir con relativa rapidez.

Paso 3: «No nos entienden».

Una vez que el abusador se ha ganado la simpatía de la víctima, la pareja comienza a unirse por su amor mutuo. La pareja se une en una lucha contra un mundo que «no entiende» su relación.

Paso 4: Mienteme

Ahora que son ellos contra el sistema, el estado o una sociedad indiferente, el abusador simplemente le pedirá a la víctima que se retracte de sus acusaciones. Una vez que la víctima está de acuerdo, pasa a la última etapa.

Paso 5: Desarrollo del plan

Cuando la víctima acepta cambiar su historia, la pareja trabaja junta para desarrollar (y corroborar) sus historias.

La preparación podría ser clave

Amy Bonomi, profesora asociada de desarrollo humano y ciencias de la familia en la Universidad Estatal de Ohio, realizó un análisis único en su tipo de conversaciones reales entre abusadores y sus víctimas.

Bonomi cree que los hallazgos brindarán a los defensores y consejeros un nuevo modelo sobre cómo trabajar con víctimas de violencia de pareja íntima.

Específicamente, si las víctimas están preparadas con anticipación de que es probable que sus abusadores usen apelaciones de simpatía y técnicas de minimización, es menos probable que las víctimas caigan en la estratagema y sean más propensas a seguir adelante con el enjuiciamiento.

Bonomi concluye que sin esa ayuda, puede ser difícil para algunas víctimas desenredarse de las relaciones violentas.

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