Conclusiones clave
- El agotamiento del zoom prevalece debido a la pandemia de COVID-10 y el cambio global a entornos de comunicación virtual.
- Hay contribuciones tanto físicas como mentales a este agotamiento, y es importante tomar medidas para mitigar estos efectos.
Muchos de nosotros, especialmente las generaciones más jóvenes, hemos estado conectados a la tecnología más nueva para la conexión social, el trabajo y la educación durante años. Sin embargo, con el inicio de la pandemia de COVID-19 y las órdenes generalizadas de quedarse en casa que la acompañaron, ha habido un gran cambio hacia la conectividad virtual entre personas de todas las edades, siendo Zoom uno de los mayores beneficiarios.
Si bien hay una serie de ventajas en la tecnología de videoconferencia como Zoom, también hay un alto costo que puede cobrarle a un individuo, lo que lleva a lo que ahora se conoce comúnmente como fatiga de Zoom. Según el investigador y educador Jeremy Bailenson, PhD, hay una serie de razones por las que este tipo de comunicación tiene a muchas personas agotadas por sus llamadas diarias de Zoom.
¿Qué es la fatiga de zoom?
La fatiga del zoom puede sentirse muy similar al agotamiento tradicional, una ocurrencia común en tiempos «normales», pero es un tipo específico de agotamiento que ocurre en respuesta a la mayor necesidad de videoconferencias a lo largo del día para las personas que trabajan de forma remota.
Parte de esta tensión es seguramente una respuesta general a lo que se ha convertido en una crisis mundial de salud mental. Pero en un artículo publicado en la revista Tecnología, Mente y Comportamiento, Bailenson analiza cuatro contribuyentes principales al agotamiento que a menudo se siente después de las llamadas de Zoom, que incluyen la cercanía forzada y la simulación de contacto visual, gestos exagerados, movilidad limitada y autoenfoque.
Cercanía forzada y simulación de contacto visual
En la mayoría de las relaciones, el comportamiento como pararse cerca de otra persona, hacer contacto visual directo y luego mantener dicho contacto visual está reservado para personas particulares y situaciones íntimas. Sin embargo, participar en reuniones de Zoom obliga a los participantes a hacer exactamente lo contrario, manteniendo el contacto con colegas y, a veces, incluso con extraños.
En la vista de «hablante», donde la cara del hablante es más pequeña y encima de la imagen grande de los otros usuarios, Bailenson midió la distancia entre él y otras personas con las que estaba hablando.
El tamaño de la cara del orador en la pantalla realmente solo simula el contacto visual directo, lo cual es agotador para el cerebro. Bailenson dice: “Mi mejor consejo es reducir la pantalla de Zoom. En lugar de que ocupe toda la pantalla, minimícelo a aproximadamente un tercio de la pantalla. Entonces, las caras ya no son enormes cuando te miran fijamente”.
Gestos exagerados
La comunicación no verbal es un aspecto muy importante de las relaciones y la conexión, pero con Zoom nos vemos obligados no solo a enviar y recibir una gran cantidad de estas señales no verbales, sino también a descifrar a las que se supone que debemos responder.
En una conversación cara a cara, puedes deducir lo que significa una mirada de soslayo o una sonrisa satisfecha. Durante una videoconferencia, a menudo los gestos no verbales de una persona no tienen nada que ver con la conversación en cuestión, o los gestos no coinciden.
«Una de las cosas que me preocupa es que el medio está cambiando la forma en que nos comunicamos. Piense en los asentimientos exagerados y en levantar el pulgar. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se conviertan en herramientas que usamos en la interacción cara a cara todos los días?» Dice Bailenson.
Estar atrapado en un solo lugar
Para ser vistos, los participantes de Zoom se ven obligados a permanecer en un lugar durante la reunión. En circunstancias normales, hay más libertad de movimiento: se le puede permitir caminar, caminar por el pasillo, ir al baño sin excusarse, girar en su silla, varias cosas que probablemente dábamos por sentadas antes de estas conferencias virtuales.
Ahora, debido a que existe la expectativa de una etiqueta de Zoom adecuada, se espera que las personas que tienen sus cámaras encendidas se vean bien escultóricas durante una reunión.
Autoenfoque
Otro factor que puede provocar agotamiento es la idea de poder verse a sí mismo durante largos períodos de tiempo, lo que podría preocuparle o preocuparle su apariencia. Si bien actualmente no hay datos para discutir los efectos de mirarse a sí mismo todo el día en Zoom, estudios anteriores han examinado el efecto que tiene el autoenfoque. En un estudio, por ejemplo, las mujeres respondieron negativamente cuando se les mostraron fotos y videos de ellas mismas.
Katie Moffitt, MSW
Si no estás obligado a estar frente a la cámara, ¡entonces no lo hagas! Sin duda, puede ser un participante activo incluso si su video está apagado.
— Katie Moffitt, MSW
Cómo combatir la fatiga del zoom
Katie Moffitt, MSW, ofrece algunas sugerencias para aquellos que están obligados a lidiar con reuniones de Zoom de larga data.
Si eres un participante
Participe en sus propios términos. Si no estás obligado a estar frente a la cámara, ¡entonces no lo hagas! Sin duda, puede ser un participante activo incluso si su video está apagado.
Si tienes control sobre tu horario, ejercítalo. Si es posible, configure su calendario semanal de una manera que le resulte cómoda. Limite el número de reuniones y cree descansos entre sus reuniones. ¡No sobrecargues tus días si no es necesario!
Tómese un tiempo lejos de su escritorio. Trabajar desde casa ha eliminado los descansos que normalmente consideraríamos como parte del trabajo. Come, camina, escucha algo relajante o animado. Lo principal es alejarse de la computadora en lo que respecta al trabajo. Si estuviéramos trabajando desde nuestras oficinas, nos levantaríamos para tomar agua, comer en el “comedor”, caminar por el pasillo para hacer una pregunta o charlar con un compañero de trabajo.
Si está facilitando un espacio de Zoom
La mayoría de las personas están luchando de una forma u otra, por lo que expresar dónde se encuentra y hacerle saber a la gente que todos están en la misma sintonía puede contribuir en gran medida a aliviar parte de esa fatiga, dice Moffitt.
- Reconoce tu propio nivel de fatiga.
- Incorpore descansos para sus participantes y use varios métodos para comunicarse con la gente y preguntarle al grupo si necesitan un descanso.
- Termina temprano si puedes.
- Utilice salas de trabajo (esto ayudará tanto a los participantes como al facilitador).
Lo que esto significa para ti
Todos estamos aprendiendo a navegar por esta nueva forma de vida. Si se siente agotado por el tiempo adicional frente a la pantalla, permítase tomar descansos y crear límites.
En última instancia, seguir estos pasos no solo lo ayudará a sentirse mejor, sino que también lo hará más productivo a largo plazo.
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