Los comportamientos de purga generalmente se observan en adolescentes que sufren de bulimia, un trastorno alimentario con un patrón de comer en exceso, también llamado atracones, seguido de la eliminación del cuerpo de la comida que acaban de comer.
Sin embargo, la purga puede estar presente en adolescentes que comen cantidades normales de alimentos o en aquellos con anorexia nerviosa.Si sospecha que su adolescente tiene un trastorno alimentario, es importante que busque ayuda profesional de inmediato, ya que las consecuencias pueden ser muy graves.
Purga por vómitos
El tipo más común de purga es el vómito autoinducido.Para la purga se utilizan varios objetos y métodos que desencadenan el reflejo nauseoso.
El comportamiento de purga se realiza comúnmente en secreto. A menudo se experimentan sentimientos de culpa o vergüenza después de la purga.
Una adolescente que se purga puede ir al baño inmediatamente después de comer para poder vomitar. El vómito es un intento de deshacerse de los alimentos que pueden hacer que suba de peso.
Otras formas
Otros métodos de purga incluyen el uso indebido de laxantes, enemas, cafeína o diuréticos para mover alimentos y líquidos rápidamente por el cuerpo.Algunos métodos probados por adolescentes son ineficaces o solo parcialmente efectivos en términos de eliminación de calorías y tienen efectos secundarios potencialmente peligrosos.
Los adolescentes con problemas que participan en la purga pueden buscar en línea consejos para facilitar la purga, como por ejemplo, cómo hacerlo, qué alimentos se regurgitan más fácilmente y formas de encubrir este comportamiento.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios físicos y emocionales de las purgas repetidas incluyen:
- Deshidración
- Desequilibrios de electrolitos
- Presión arterial baja
- Daño renal (raro)
- Depresión
- Sentirse impotente
- Fatiga
- Agotamiento de minerales
- Dolor abdominal
- Erosión de los dientes
- Daño al esófago
¿Está su adolescente en riesgo?
Si su adolescente se aísla con frecuencia poco después de comer, o no puede o no quiere comer socialmente, hay motivos para alarmarse. Además, la investigación muestra que el comportamiento auto agresivo o un intento de suicidio están relacionados con el comportamiento de purga.
Un estudio de 2013 explica que, en ausencia de atracones, comportamientos como el vómito autoinducido o el uso indebido de laxantes y otros medicamentos «para influir en el peso o la forma» son características de la purga.
Algunos desencadenantes del comportamiento de purga que también se encuentran en los resultados del estudio incluyen cambios de personalidad, como un aumento del afecto negativo, o cambios extremos en las emociones negativas o disminución de la autoestima antes de un episodio de purga, seguido de un aumento en el afecto positivo después de la purga.
Hable con su adolescente sobre la imagen corporal, las preocupaciones sobre el peso y otros desencadenantes que pueden estar asociados con la purga. Al mantener un diálogo abierto, es posible que pueda evaluar cuándo ocurren los cambios y tomar medidas para prevenir este comportamiento dañino.
Y aunque las adolescentes son más propensas a purgarse, los niños no son inmunes a los trastornos alimentarios. Así que no asuma que un adolescente no se obligaría a vomitar o usar laxantes para perder peso.
Cuándo buscar ayuda profesional
Si cree que su hijo adolescente se está purgando, hable con el médico de inmediato. Es probable que un médico quiera examinar la salud física de su adolescente y puede derivarlo a un profesional de salud mental.
El tratamiento de salud mental puede ayudar a su adolescente a desarrollar una imagen corporal más saludable y adoptar hábitos más saludables. Es probable que su hijo adolescente no quiera recibir ayuda, especialmente al principio. Si su hijo adolescente se niega a recibir asesoramiento, hable usted mismo con un consejero.