Las innovaciones en la tecnología de imágenes han ayudado a los investigadores del alcohol a estudiar cómo el alcohol daña los órganos internos, como el cerebro y el hígado. Usando tomografía computarizada (CT), imágenes de resonancia magnética (MRI) e imágenes de tensor de difusión (DTI), los investigadores están encontrando los efectos directos del consumo crónico de alcohol.
Los estudios de imágenes han revelado una asociación constante entre el consumo excesivo de alcohol y el daño cerebral físico, incluso en ausencia de otros síntomas habituales del alcoholismo grave: enfermedad hepática crónica o demencia inducida por el alcohol.
Contracción cerebral y comportamiento alcohólico
El encogimiento observado parece ser más extenso en la corteza del lóbulo frontal, que se cree que es el asiento de las funciones intelectuales superiores. Esta contracción generalmente aumenta con la edad, al menos en los hombres.
Las imágenes repetidas de un grupo de alcohólicos que continuaron bebiendo durante un período de cinco años revelaron un encogimiento cerebral progresivo que excedía significativamente el encogimiento normal relacionado con la edad. La tasa de contracción de la corteza frontal se correlaciona estrechamente con la cantidad de alcohol consumido.
Pero esta contracción también se ha observado en regiones cerebrales más profundas, incluidas las estructuras cerebrales asociadas con la memoria, así como en el cerebelo, que ayuda a regular la coordinación y el equilibrio.
El cerebro trata de compensar estas pérdidas activando regiones cerebrales para realizar las tareas que normalmente realizan las regiones reducidas. La resonancia magnética funcional muestra un mayor uso de algunas áreas en los sujetos de prueba alcohólicos en comparación con los sujetos de control. Esto permite a los alcohólicos mantener el rendimiento incluso cuando el alcohol daña el cerebro.
Invertir los efectos
Un objetivo clave de las imágenes en la investigación del alcoholismo es detectar cambios en regiones específicas del cerebro que pueden correlacionarse con comportamientos relacionados con el alcohol. Las imágenes del cerebelo han relacionado tanto las contracciones como la disminución del flujo sanguíneo con el deterioro del equilibrio y la marcha. Esto puede provocar caídas, especialmente entre los alcohólicos mayores.
Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre el efecto que tiene este encogimiento del cerebro sobre la pérdida de memoria y las habilidades para resolver problemas. Algunos estudios no muestran ningún efecto, mientras que otros han informado alguna pérdida en las habilidades asociadas con el encogimiento del cerebro inducido por el alcohol.
Sin embargo, estos efectos suelen revertirse con la abstinencia de alcohol.
Se ha demostrado que incluso dejar de beber durante tres o cuatro semanas revierte los efectos sobre la pérdida de memoria y las habilidades para resolver problemas.
La resonancia magnética muestra cierta recuperación del volumen del tejido después de un período de abstinencia. Pero cuando un alcohólico vuelve a beber, muestra más reducciones en el volumen del tejido cerebral.
«Los avances más recientes en las técnicas de imagen están permitiendo a los investigadores estudiar la dependencia del alcohol. Los científicos están comenzando a medir los efectos del alcohol en el estado de ánimo, los estados emocionales, el deseo y la cognición, al mismo tiempo que evalúan la función metabólica, fisiológica y neuroquímica en el cerebro», dijo el ex NIAAA. Director Enoch Gordis, MD «Estas innovaciones en tecnología de imágenes ayudarán no solo al campo del alcohol sino también a todos los campos de la medicina donde la biología y el comportamiento están tan estrechamente vinculados».