La hipervigilancia es algo más que estar más alerta. Es un estado de extrema alerta que socava la calidad de vida. Si está hipervigilante, siempre está atento a los peligros ocultos, tanto reales como supuestos. Debido a esto, la hipervigilancia puede dejarlo exhausto e interferir con las relaciones interpersonales, el trabajo y su capacidad para funcionar en el día a día.
La hipervigilancia es una de las características centrales del trastorno de estrés postraumático (TEPT). También puede ocurrir con otros trastornos de ansiedad, incluido el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos y el trastorno de ansiedad generalizada. La esquizofrenia, la demencia y la paranoia también pueden inducir hipervigilancia.
¿Qué es la hipervigilancia?
Las personas hipervigilantes están constantemente en guardia y son propensas a reaccionar de forma exagerada. Mantienen una conciencia intensa ya veces obsesiva de su entorno, con frecuencia buscando amenazas o rutas de escape.
Causas
La hipervigilancia es la manera que tiene el cuerpo de protegerlo de situaciones amenazantes. Puede ocurrir en un entorno en el que se percibe una amenaza extrema. Un ejemplo puede incluir caminar a casa a altas horas de la noche a través de un vecindario extraño.
La hipervigilancia crónica es una consecuencia común del PTSD, particularmente en personas que han estado en entornos peligrosos durante mucho tiempo (como sirviendo en una batalla durante una guerra) o que experimentaron un trauma emocional extremo. La hipervigilancia es común entre los niños que han experimentado la muerte reciente de un padre, fueron testigos de violencia o son víctimas de abuso. En algunos casos, los síntomas del PTSD solo pueden aparecer más adelante en la vida.
En las personas con esquizofrenia, la hipervigilancia se asocia con una amenaza que simplemente no existe. Es una extensión de la paranoia y los delirios característicos del trastorno. Se cree que los factores genéticos, psicológicos y ambientales contribuyen al desarrollo de la esquizofrenia. El estrés puede desempeñar un papel central en el desencadenamiento de un episodio psicótico.
Dentro del contexto de la paranoia, la hipervigilancia se puede observar con cualquier trastorno del estado de ánimo o de la personalidad en el que la paranoia pueda ser una característica, incluido el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad. La hipervigilancia también puede ocurrir como resultado de la demencia relacionada con la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos, o durante episodios agudos de privación del sueño o abuso de sustancias (más comúnmente, metanfetamina o cocaína).
Síntomas
La hipervigilancia se puede caracterizar por cuatro características comunes.
- Sobreestimación de una amenaza: Las personas hipervigilantes estarán atentas a amenazas poco probables o exageradas. Esto puede incluir encerrarse para evitar un ataque, sentarse cerca de una salida para poder escapar rápidamente o sentarse de espaldas a la pared para que nadie pueda escabullirse detrás de ellos.
- Evitación obsesiva de las amenazas percibidas: Esto incluye evitar situaciones cotidianas en las que puedan acechar peligros, como reuniones públicas y espacios públicos despoblados (como garajes). En casos extremos, una persona puede desarrollar agorafobia (ansiedad por estar en lugares donde puede ser difícil escapar).
- Reflejo de sobresalto aumentado: Esta es una respuesta anormal en la que una persona salta ante cualquier ruido, movimiento o sorpresa repentinos, incluso en medio de la noche. Estar en un entorno nuevo o incómodo podría exacerbar aún más la respuesta.
- Síntomas fisiológicos inducidos por la epinefrina: Epinefrina (adrenalina) es una de las dos hormonas del estrés asociadas con el reflejo de lucha o huida (la otra es el cortisol). Las personas con hipervigilancia asociada con el PTSD a menudo tendrán una respuesta sostenida de epinefrina, que se manifiesta con pupilas dilatadas, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial elevada.
La hipervigilancia puede interferir gravemente con el sueño, causando fatiga, pérdida de concentración e incapacidad para concentrarse. La privación del sueño puede intensificar aún más los sentimientos de paranoia, alimentando comportamientos hipervigilantes.
En casos extremos, las personas hipervigilantes pueden sentir la necesidad de armarse con pistolas, cuchillos o gas pimienta o equiparse con sofisticados sistemas de alarma, cerraduras de puertas adicionales e incluso salas de pánico.
Tratamiento
El tratamiento de la hipervigilancia puede variar según la causa subyacente y la gravedad del comportamiento. También depende de si la persona afectada reconoce o no que el comportamiento es anormal.
El primer paso es sacar a la persona afectada de un entorno en el que existe una amenaza real (como en casos de violencia doméstica) o de trabajos de alto estrés en los que la amenaza potencial es real (como el trabajo policial).
El tratamiento puede incluir psicoterapia, incluido el entrenamiento de atención plena y técnicas de afrontamiento, y medicamentos farmacéuticos. Las opciones incluyen:
- Terapia de conducta cognitiva: El objetivo de la terapia cognitiva conductual (TCC) es enseñarle, a través de conversaciones con un terapeuta, que no puede controlar todos los aspectos del mundo que lo rodea, pero puede controlar cómo interpreta y maneja su respuesta a un entorno.
- Terapia de exposición: El objetivo de la terapia de exposición es exponerlo a los desencadenantes que estimulan el estrés para ayudarlo a reconocerlos y tomar medidas para mitigar su respuesta.
- Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares: El objetivo de la desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (EMDR) es utilizar el movimiento ocular como un medio para redirigirte de los recuerdos traumáticos del pasado a las sensaciones actuales del presente.
- entrenamiento de atención plena: Consciencia implica «vivir el momento» y centrar los pensamientos en las sensaciones inmediatas en lugar de seguir pensamientos extraños y, a menudo, problemáticos. Otras técnicas de mente y cuerpo incluyen meditación, imágenes guiadas y biorretroalimentación.
- medicamentos: El TEPT y otros trastornos de ansiedad pueden tratarse con antidepresivos, bloqueadores beta o ansiolíticos. La esquizofrenia, los trastornos de la personalidad o el trastorno bipolar pueden tratarse con antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo.
En última instancia, como síntoma de un trastorno subyacente, la hipervigilancia no puede tratarse de forma aislada. Depende del tratamiento adecuado de la afección (incluido el abuso de sustancias). En algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización para controlar los síntomas.
Albardilla
Si experimenta hipervigilancia en la medida en que interfiere con su calidad de vida, busque la ayuda de un profesional de la salud mental. Superar la hipervigilancia puede llevar tiempo y estar plagado de contratiempos. Para enfrentar mejor los desafíos, incluso durante el tratamiento, descanse lo suficiente, mejore su higiene del sueño, mantenga una dieta saludable y encuentre actividades que lo relajen (como yoga o tai chi).
El ejercicio puede ayudar al estimular la producción de endorfinas, una hormona que puede elevar el estado de ánimo y, al mismo tiempo, moderar la respuesta de la epinefrina.
Lo más importante, comunicarse. Sufrir en silencio y negarse a compartir sus pensamientos solo promoverá sus miedos y lo aislará de los demás. Encuentre un amigo o familiar en quien pueda confiar, idealmente alguien que no descarte sus temores.
También puede unirse a un grupo de apoyo para el PTSD u otros trastornos con personas que entienden por lo que está pasando. Cuanto más construya una red de apoyo de personas que reconozcan los objetivos y desafíos del tratamiento, más probable será que persista y coseche los beneficios de la terapia.