Dado que muchos niños no pueden tragar las cápsulas o simplemente se niegan a tomar las píldoras, a veces puede ser difícil lograr que un niño tome su medicamento. Esto puede ser un desafío serio cuando un niño tiene una condición de salud crónica que requiere medicación, como depresión o TDAH.
Para encontrar una solución a este problema, es importante comprender primero el origen del problema. Al descubrir por qué su hijo no quiere tomar su medicamento, puede trabajar para encontrar una solución.
Este artículo analiza algunas de las razones por las que los niños pueden tener dificultades para tomar sus medicamentos. También explora algunas estrategias que puede usar para facilitar que los niños tomen medicamentos.
La medicación sabe mal
A veces, el problema es simplemente que a un niño no le gusta el sabor de su medicamento. Puede ser un sabor que no les guste o un medicamento con un sabor fuerte o desagradable. Si este es el problema, puede comenzar hablando con el médico o farmacéutico de su hijo acerca de las posibles soluciones.
Los farmacéuticos a veces pueden agregar saborizantes a los medicamentos líquidos para que el sabor sea más agradable al paladar. El medicamento puede estar disponible en diferentes formas, como una pastilla, gominola, polvo o incluso un parche portátil.
Si es seguro hacerlo, triture la píldora o abra la cápsula y mézclela con pudín, puré de manzana, yogur u otro alimento. Haga lo mismo con los medicamentos líquidos, como agregarlos al jarabe de chocolate o crema batida.
Ciertos medicamentos no se deben triturar ni abrir y, de hecho, hacerlo puede ser peligroso. Si no está seguro de si el medicamento de su hijo se puede tomar de esta manera, consulte a su médico.
También puede resultarle útil hacer que el niño chupe un cubito de hielo o lama una paleta helada antes de tomar el medicamento para adormecer un poco la lengua.
Dificultad para tragar pastillas
Muchos niños no pueden tragar pastillas hasta que tienen unos diez años. Algunas estrategias pueden ayudar a un niño a aprender a tragar pastillas:
- Haga que su hijo beba con una pajita mientras la pastilla está en su boca. Con este método, muchos niños se concentran en la pajilla y no piensan en el medicamento, por lo que se traga fácilmente.
- Poner una cucharada de puré de manzana, yogur o budín en la boca. junto con la pastilla, y luego pídales que se la traguen todas juntas.
- Haga que su hijo mastique un trozo de pan o una galleta y luego poner la pastilla en su boca justo antes de tragarla.
- Ponga la pastilla debajo de la lengua de su hijo y luego pídales que beban un vaso de agua.
- Haga que su hijo practique tragar cosas más pequeñas primero antes de pasar a una píldora.
- Pon la pastilla en la lengua de tu hijo y luego haz que se llene la boca con agua para que sus mejillas estén llenas e hinchadas. Luego pídales que lo agiten por todas partes y lo traguen.
- Usa líquidos más espesos en lugar de agua corriente, como leche o jugo.
- Mantenga el nivel de la barbilla de su hijo en lugar de que inclinen la cabeza hacia atrás; algunas investigaciones sugieren que inclinarse ligeramente hacia adelante puede facilitar la deglución de medicamentos.
Tenga en cuenta que algunos niños son muy resistentes a tragar pastillas y no aprenden hasta que son adolescentes. Otros se cansan de todas las soluciones que tienen que hacer para tomar sus medicamentos y aprenden a tragar pastillas bastante pronto.
Es importante mantener una actitud positiva y elogiar a los niños por sus esfuerzos para tomar sus medicamentos o tratar de aprender a tragar las pastillas. No los castigues ni conviertas la medicina en un castigo.
La medicación tiene efectos secundarios
A veces, los niños pueden negarse a tomar sus medicamentos si les causan efectos secundarios desagradables o indeseables. Si bien muchos niños no establecerán la conexión entre su medicamento y estos efectos secundarios posteriores, otros pueden reconocer que les produce malestar estomacal o les provoca sueño.
Si este es el caso, debe discutir el problema con el proveedor de atención médica de su hijo. Estos efectos secundarios pueden disminuir con el tiempo. En otros casos, su hijo puede necesitar una dosis diferente o un medicamento completamente diferente.
El niño rechaza la medicación
A veces, el problema no es que un niño no pueda tragar las pastillas o no le guste el sabor; simplemente se niegan a tomarlos. Puede haber una variedad de razones por las que un niño puede rechazar los medicamentos, pero también hay estrategias que puede usar para superar este problema. Los pasos que puede tomar incluyen:
- Empodera a tu hijo: Dele a su hijo un cierto grado de control sobre su tratamiento. Esto podría incluir dejar que ellos decidan cuándo (dentro de lo razonable, como antes o después del desayuno), dónde (baño, cocina, sala de estar) y cómo (con qué líquido/comida) tomar su medicamento.
- Usar tablas de recompensas: Utilice el refuerzo positivo para animar a su hijo a tomar su medicación. Pruebe con una tabla de recompensas con calcomanías en la que su hijo reciba una calcomanía cada vez que tome su medicamento. Después de que llenen su cuadro, permítales elegir una recompensa que deseen.
- Trabaje con el proveedor de atención médica de su hijo: Puede ser útil para su hijo escuchar las razones por las que está tomando el medicamento y cómo se beneficiará de él. Comprender cómo funciona el medicamento también puede ser tranquilizador.
Si los problemas persisten, trabaje con el proveedor de atención médica de su hijo para encontrar una solución. Es posible que tengan otras soluciones útiles o que puedan modificar el plan de medicamentos de su hijo.
Hable con su pediatra si su hijo ha estado tomando su medicamento por un tiempo y ahora se niega. Ese es un problema diferente de un niño recién diagnosticado que simplemente tiene dificultades para tomar pastillas.
Una palabra de Psyathome
Si su hijo se niega a tomar medicamentos, puede tomar medidas que pueden ayudar. Comprender por qué su hijo no quiere tomar su medicamento es un buen punto de partida. Además de usar estrategias para ayudar a un niño que tiene dificultades, también es importante pedir ayuda si es necesario. Hable con el pediatra de su hijo para obtener más consejos y opciones que puedan ayudar.