Estructura tus días
Antes de jubilarse, tenía su rutina al pie de la letra: suena la alarma, se ducha, desayuna, prepara el almuerzo, sale por la puerta. Probablemente hubo una estructura similar al final de sus días que comenzó cuando cruzó el umbral de su hogar.
Si le gusta tener un horario, puede establecer una rutina de jubilación que le ayude a planificar sus días. Experimenta con varias actividades y franjas horarias para ver cómo te hace sentir.
Dedique tiempo para leer el periódico y disfrutar de una taza de café, pero agregue tiempo regular para hacer ejercicio, actividades sociales, oportunidades de voluntariado y comidas familiares. Si bien sus días no necesitan ser rígidos, tener una hora y una rutina establecidas para despertarse puede ayudarlo a sentirse más normal ahora que no va a trabajar.