La dietilamida del ácido lisérgico (LSD), también conocida comúnmente como ácido, es una droga alucinógena. Las investigaciones indican que el LSD puede tener algunos efectos terapéuticos, como cuando se trata la adicción al alcohol. Pero también es una droga que viene con muchos conceptos erróneos, muchos de los cuales se derivan de su uso recreativo versus terapéutico.
Por ejemplo, algunos afirman que el LSD puede hacerte una mejor persona o que el jugo de naranja puede ayudar a detener un viaje de ácido. Aquí puedes descubrir la verdad detrás de cinco creencias comunes sobre el LSD.
El efecto del LSD en la personalidad es complejo
La propaganda generalizada durante la década de 1960 promovió el uso de ácido para supuestamente hacer que las personas fueran más espiritualmente conscientes, amorosas y de mayor conciencia. Muchos todavía promueven estas ideas. En realidad, no es tan simple.
Ha habido varios estudios pequeños que encontraron evidencia de un cambio de personalidad positivo en los participantes que tomaron LSD en un ambiente controlado. Un estudio informó «efectos psicológicos sólidos» y cambios en aspectos de la personalidad de los participantes, incluido un mayor optimismo y apertura de rasgos después de tomar LSD.
Otro estudio encontró que los participantes informaron actitudes positivas sobre la vida, cambios de humor positivos y cambios de comportamiento positivos después de tomar LSD que se atribuyeron a su experiencia con la droga. Si bien los participantes informaron estos efectos positivos duraderos, los investigadores no encontraron cambios relevantes en las medidas de personalidad, lo que significa que los cambios autoinformados eran subjetivos.
La investigación sugiere que la relación entre el LSD y la personalidad es una calle de doble sentido: la personalidad de una persona puede afectar su experiencia con el LSD y el uso del LSD puede afectar su personalidad. En última instancia, se necesita más investigación para comprender esta relación y, ciertamente, los hallazgos del estudio actual no deben interpretarse como un apoyo para el uso recreativo de LSD como una forma de promover cambios positivos en la personalidad.
No existe una forma infalible de prevenir un mal viaje con ácido
Los defensores bien intencionados del LSD han promovido la idea de que tener un amigo o «guía» contigo mientras tomas LSD evitará que experimentes un mal viaje. La idea detrás de esto es que una persona con los pies en la tierra, intuitiva y de mente abierta pueda decir lo correcto o apoyarlo de la manera que necesita para asegurarse de evitar algunas de las experiencias negativas que pueden surgir con el uso de LSD.
Si bien tener un amigo que te brinde apoyo puede ayudarte a sobrellevar un mal viaje, incluso las personas que tienen experiencia con el LSD y capacitación en psicoterapia a veces no pueden evitar que otros tengan una reacción negativa a la droga.
Los investigadores reconocen que los factores externos como el entorno (a veces denominado «entorno») pueden tener un efecto significativo en la experiencia de una persona con LSD. Pero controlar estos factores con la ayuda de otros no garantiza un resultado positivo. Tener un mal viaje es siempre un riesgo con el uso de LSD.
Lo único que termina un «viaje» es el tiempo
Hay algunas historias interesantes sobre métodos para detener un viaje con ácido. Algunos creen, por ejemplo, que unos cuantos tragos de jugo de naranja o un refuerzo de vitamina C es todo lo que se necesita para detener los efectos del LSD. Pero la verdad es que para cuando el LSD hace efecto, tu cuerpo ya ha metabolizado la droga.
El subidón que experimentas son en realidad los efectos secundarios en tu cerebro, y cualquier informe anecdótico de mejoras que se sientan después de beber jugo de naranja es sin duda un efecto placebo. Lo único que eliminará el LSD de tu sistema y terminará con sus efectos mentales es el tiempo.
El LSD se metaboliza rápidamente y se elimina del cuerpo
Es posible que haya escuchado que una vez que se toma, el LSD se almacena permanentemente en el cuerpo y se puede liberar en cualquier momento. Si es cierto, esto tendría el potencial de volver a poner a la persona en un viaje incontrolable.
Algunas historias van tan lejos como para afirmar que la droga se almacena en el líquido cefalorraquídeo, solo para ser liberada inesperadamente en el futuro. En realidad, el cuerpo metaboliza el LSD en compuestos inactivos y lo elimina del cuerpo con bastante rapidez.
Es probable que esta creencia se haya originado como una forma de que las personas racionalicen los flashbacks, que pueden ser intensos y suponen un posible riesgo al tomar LSD. Pero los flashbacks, por definición, ocurren después de que los efectos originales de la droga han desaparecido y no son el resultado de la «re-liberación» de la droga de las reservas corporales.
El LSD no es una llave mágica para la mente inconsciente
Es una creencia común entre las personas que toman LSD que la droga desbloquea la conciencia de su inconsciente, dándoles acceso a recuerdos reprimidos de su pasado y revelando verdades ocultas sobre ellos mismos y la humanidad. Si bien muchos informan que los efectos del LSD son profundos, incluso de importancia espiritual, no hay evidencia de que un viaje con ácido descubra verdades ocultas.
Se desconoce mucho sobre el impacto del LSD en el cerebro. La investigación ha descubierto evidencia de que los psicodélicos como el LSD tienen el potencial de causar cambios estructurales en áreas del cerebro que influyen en el pensamiento autorreferencial (autoenfoque y relación de información con uno mismo) y la mentalidad interna (pensamientos mentales espontáneos), lo que podría explicar algunos de estos informes anecdóticos, pero no se ha probado una relación causal.
Existe evidencia prometedora que respalda la idea de que las drogas como el LSD tienen el potencial de provocar cambios en la cognición que conducen a mejoras en el bienestar psicológico. La investigación en esta área continúa, pero cualquier posible efecto terapéutico del LSD requiere muchos más datos.