Las diferencias entre nosotros radican no solo en la forma que adoptan las dificultades, sino también en cómo respondemos a ellas. ¿Te encuentras agobiado por tu suerte aparentemente desafortunada en la vida? ¿O abrazas la lucha?
La resiliencia es la capacidad de hacer frente a la adversidad y utilizar los desafíos para forjar la fortaleza y la prosperidad. Tener resiliencia no significa que no tengas problemas, que no cometas errores o que no necesites pedir ayuda. Las personas resilientes siguen adelante incluso cuando la situación se vuelve fea o agotadora. Aprenden de sus percances y desgracias, y confían en los demás con seguridad y confianza.
Incluso cuando ocurre una tragedia, el crecimiento es posible. Los cambios positivos que resultan de una experiencia traumática se llaman crecimiento postraumático. Estos cambios pueden incluir una apreciación más profunda de la vida, un sentido reforzado de las propias capacidades y conexiones más fuertes con los demás.
Ya sea que las luchas que enfrenta sean traumas o contratiempos cotidianos, ser resistente lo ayudará a obtener un mayor control sobre su propio camino y a cultivar un cambio positivo. Estas cuatro estrategias pueden construir sus reservas de resiliencia.
Reformule sus interpretaciones
Las personas resilientes encuentran una manera de explicar sus situaciones de una manera más positiva sin dejar de aceptar la realidad. Imagine un programa de noticias que entrevista a las víctimas de un desastre natural un año después. Algunos bromistas: «Nunca recuperaremos nuestras vidas». Otros encuentran el lado positivo: «Esto fue lo peor que me ha pasado, pero esta comunidad se ha unido y ha demostrado su fuerza de muchas maneras increíbles».
Tenemos la capacidad de decidir cómo vamos a interpretar las adversidades que enfrentamos. Cuando trabajamos para encontrar una apreciación de lo que hemos ganado a medida que perseveramos, desarrollamos un enfoque de vida más agradecido. Las dificultades que nos marcan también nos otorgan sabiduría.
Cuando todo lo que vea sea negativo, amplíe su perspectiva preguntándose: “¿Qué bien ha resultado de esta adversidad?”.
Identifique lo que puede controlar
Los optimistas se encuentran entre los más resistentes de nosotros, y tienen éxito en virtud de centrar su atención en cómo pueden mejorar sus situaciones. Cuando se enfrentan a un desafío, es más probable que los pensadores pesimistas estén ciegos ante las oportunidades de promulgar cambios positivos. En definitiva, adoptan una mentalidad de víctima.
Los optimistas mantienen una visión más precisa del control que tienen. Considere los juicios del almirante James Stockdale como prisionero de guerra en Vietnam. los Paradoja de Stockdale, un término acuñado por el autor Jim Collins, es la receta para la resiliencia que combina una evaluación dura y objetiva de la realidad («Ser un prisionero de guerra es horrible») con confianza y fe que impulsan la esperanza («Esto mejorará y puedo hacerlo mejor»). A pesar de estar atrapado en confinamiento solitario, Stockdale y sus compañeros de prisión desarrollaron un sistema de tapping para comunicarse entre sí. Una vez que pudieran comunicarse, podrían apoyarse mutuamente.
El optimismo realista identifica puntos de control, en este caso, la capacidad de comunicarse, y los aprovecha. La resiliencia es el acto de dar un paso adelante a pesar de las terribles circunstancias. Cuando buscamos críticamente algo que podamos controlar, trazamos el camino para nosotros mismos.
Cuando se sienta atascado o atascado en la adversidad, encuentre una cosa sobre la que tenga control y tome medidas al respecto.
Busque apoyo
Hay muchas imágenes en nuestra cultura del héroe solitario y autosuficiente cuya fuerza de voluntad personal proporciona la fuerza suficiente para resistir cualquier obstáculo.
Pero si bien la fortaleza personal es muy importante, en última instancia, es un sentido de comunidad lo que permite una verdadera resiliencia. Los estudios de niños que atraviesan dificultades significativas encuentran que los niños que tienen un adulto en sus vidas que les brinda estabilidad y apoyo tienen muchas más probabilidades de tener éxito que los niños que no lo tienen. La capacidad de relacionarse y procesar las propias luchas en el contexto de una relación segura amortigua muchos de los posibles efectos negativos del trauma infantil.
Y los beneficios de la relación se extienden a los adultos. Piensa en Stockdale y sus compañeros de prisión. Su sistema de comunicación fomentó una mentalidad de «estamos juntos en esto».Saber que hay alguien más a quien le importa es invaluable cuando enfrentamos dificultades.
Cuidar tus relaciones más importantes cuando los tiempos son buenos genera la confianza y la intimidad que ayudarán a que esas relaciones se mantengan fuertes cuando llegue la adversidad.
Acepta el desafío y el fracaso
El fracaso es difícil de aceptar para muchos de nosotros. Preferimos alejarnos de una situación desafiante que arriesgarnos a hacer el ridículo. Pero cuando adoptamos la perspectiva de que el desafío puede fortalecernos y que podemos aprender tanto de los éxitos como de los fracasos, estamos ejercitando nuestros músculos de resiliencia.
Esto no quiere decir que debamos buscar la adversidad. Pero encontrar formas pequeñas y manejables de desafiarte a ti mismo genera confianza. Toma esa clase que te ha interesado. Haz esa llamada telefónica que has estado evitando. Empuja tus límites poco a poco y adopta una visión de exploración y curiosidad. Ya sea que se eleve o se estrelle y se queme, está adquiriendo conocimiento y perspicacia.
Identificarse con el proceso de intentar, en lugar de con los resultados, es un enfoque de la vida que fortalece la resiliencia.
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Presentado por la editora en jefe y terapeuta Amy Morin, LCSW, este episodio de The Psyathome Mind Podcast comparte formas de desarrollar la fortaleza mental.
Una palabra de Psyathome
Todo el mundo tiene diferentes niveles de resiliencia, pero es una habilidad que puede trabajar para desarrollar. Esfuérzate por desarrollarlo antes de que te encuentres con dificultades, y podrás enfrentarte a los desafíos y aprender de ellos.
Si tiene dificultades para lidiar con un evento traumático o una experiencia adversa, busque ayuda profesional. Puede estar en riesgo de desarrollar un trastorno de adaptación, o PTSD, sin intervención profesional. Un terapeuta puede ayudarlo a reducir su riesgo, aumentar su resiliencia y manejar su angustia de una manera saludable.